Microbiota

 

"Microbiota" 

Cultivando el jardín interior

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Hablar de bacterias, aún hoy en día y en la población en general, automáticamente viene a la mente la necesidad de eliminarlas.
La publicidad y las empresas calaron muy hondo con el miedo a la posibilidad de llegar a una enfermedad a causa de estos monstruos tan temidos, y por ello hay que eliminar el 99,9% de los mismos, (como se promocionan muchos productos).
Pero esta pretensión está muy lejos de poder realizarse. 
Lo que no tenemos en cuenta es que "no solo hay bacterias malas", por lo que al utilizar químicos alteramos todo un ecosistema que funciona en forma simbiótica. Además, impedimos que el cuerpo desarrolle defensas naturales, y nos vamos intoxicando.

                                                 








En un buen estado de salud tendremos unas 100.000 bacterias por cm2 solo en la  piel; en el exterior del cuerpo, más de un billón. Están para reciclar los 10.000 millones de escamas de piel, aceites, minerales, etc, que se desprenden cada día y que afloran por los poros y fisuras.
Y hay billones más trabajando en el intestino, boca, cabello, ojos, nariz, etc.
El sistema digestivo alberga más de 100 billones de microbios de variadas especies.

Este es su planeta, y estamos aquí porque ellas lo permiten.

Actualmente, con los avances en la ciencia, se pudo desarrollar el primer mapa genético del cuerpo gracias a la tecnología de los secuenciadores de genes (año 2012, Instituto Nacional de Salud de EEUU).
Por cada célula tenemos 10 microbios (10 a 1), y se comprendió que tenemos más genes bacterianos que propios (150 a 1).
Esto permitió considerar a la microbiota como papel fundamental del estado de salud. El desbalance o disbiosis de esa microbiota está directa e indirectamente asociado a un proceso patológico.
Actualmente ya hay estudios que reconfirman dicha teoría.
Todas las enfermedades, sean enfermedades autoinmunes, digestivas, cardiovasculares, hormonales, sobrepeso, diabetes, neurodegenerativas como parkinson, alzheimer, esclerosis múltiple, problemas de piel, trastornos psiquiátricos, etc, tienen implicado un estado de disbiosis.

El principal sistema considerado, es el digestivo, ya que está comprobada la conexión concreta (física) desde el sistema digestivo al cerebro por medio del nervio vago. Además, desde la boca (2do lugar en cantidad de microbios luego del intestino) al cerebro, por medio del nervio trigémino. 
(Distribución aproximada de la microbiota: intestinos 29%, boca 25%, piel 20%, vías aéreas, 14%, aparato urogenital 10%, sangre 1%, ojos 1%, etc).
Y, dependiendo cómo esté la microbiota, será lo que llegue al cerebro.

Esta cantidad de microorganismos (100 millones de millones, 14 ceros), día y noche digieren, protegen, limpian, impiden el crecimiento de organismos dañinos, generan vitaminas, ácidos grasos y muchísimas sustancias y funciones más que necesita nuestro cuerpo.

Pero.... ¿nos han enseñado a cuidar de este jardín?
¿Qué clases de organismos tenemos, buenos o no tanto...? 
¿Los alimentamos bien? 
¿Los aireamos? 
¿Limpiamos su habitat? 

Como ya venimos tratando, debemos cuidar los alimentos que consumimos, respetar ritmos circadianos, la oxigenación, el abuso de medicamentos, etc. Lo que tenemos como microbiota es un caldo del cultivo de individuos perjudiciales que se desarrollan en un ambiente horrible y nauseabundo (putrefacción intestinal, moco colónico, acidosis,  anaerobia, etc), en donde crecen especies de hongos, bacterias, arqueas, parásitos, virus, etc, la mayoría perjudiciales.

En este mundo interior y exterior existen miles de especies de bacterias capaces de movilizar operaciones bioquímicas de todo tipo.
Cada uno heredamos de nuestros padres a través del óvulo y el espermatozoide 23.000 genes. 
Pero la ciencia ya ha confirmado el llamado "Metagenoma", que es el conjunto de genes de microbios que viven en nosotros en estudios como el Meta HIT o el Human Microbiome Project, llegando a contabilizar más de 3 millones de genes, siendo mucho más rico que nuestro propio genoma. 

Los factores que determinan el estado de eubiosis (equilibrio benéfico de la microbiota) o disbiosis (desbalance de la microbiota), es en principal medida la alimentación, además el tipo de parto (vaginal o cesárea), la lactancia, el entorno bacteriano en que vivimos (demasiada higiene), el uso de antibióticos (directos, e indirectos por los alimentos).
La vida moderna, la alimentación industrializada,  las cesáreas innecesarias contribuyen a un empobrecimiento de la comunidad bacteriana.

Ahora... ¿para que sirven estas poblaciones de bacterias que viven con nosotros?
Ellas intervienen en numerosas funciones, por ej.:
En el intestino y en estado eubiótico: digieren alimentos, muchos subproductos de las bacterias son nutrientes, se produce el 75% de vitamina K, la conocida vitamina B12, ayudan a absorber vitaminas que vienen con los alimentos, ayudan a generar ácidos grasos de cadena corta (AGCC) que son esenciales para nuestra salud, etc, etc.

La Microbiota es un órgano


La importancia de la actividad bacteriana en nuestro cuerpo es tan importante que es considerada por la ciencia como un órgano más.
Está directamente asociada y comprobada su función con un estado de salud o enfermedad a nivel físico, emocional y mental.

Nuestro intestino ya es considerado el segundo cerebro (pero como la salud del cerebro depende fundamentalmente de la microbiota intestinal, al intestino se lo suele considerar, el primer cerebro). "Tomamos decisiones con él".
Hay millones de neuronas en el intestino (llamado sistema nervioso entérico SNE o ENS), que es un entramado neuronal y de microorganismos que mantienen permanente conexión con el cerebro, en ambas direcciones, a través del nervio vago. 
Esta comunicación y la química del ambiente (hormonas, neurotransmisores), está mediada por las bacterias.
El desequilibrio de las bacterias intestinales causan gran cantidad de problemas de salud (algunas de ellas mencionadas anteriormente).

• La microbiota tiene una actividad metabólica equiparable a la del hígado.
• Cumple funciones protectoras, estructurales y metabólicas.
• Las comunidades microbianas residentes en el tracto intestinal representan un "filtro metabólico" clave de nuestra dieta, ya que convierten nutrientes comunes en metabolitos con efectos concretos.

- Científicos de la Universidad de Boston descubrieron que hay bacterias que se nutren del GABA (ácido aminobutírico, es un neurotransmisor que reduce la excitabilidad neuronal a lo largo del sistema nervioso y regula el tono muscular). El GABA es esencial para mantener la serenidad del cerebro, (esto permite comprender porqué la microbiota afecta el estado de humor).  
- Investigadores del Instituto de Tecnología de California (EEUU), descubrieron que el origen del parkinson está ligado a problemas del intestino.
- Todas las enfermedades neurodegenerativas tienen su origen en desordenes intestinales.
- También se ha descubierto la relación de la diabetes gestacional y una microbiota desequilibrada.
- La vaginitis son un ejemplo de interacción bacteriana. El conducto vaginal está poblado de microbios, algunos de ellos patógenos, pero que mantienen un equilibrio y generan un ambiente adecuado en pH para evitar la proliferación de elementos nocivos.
Sin embargo el cambio hormonal durante el ciclo menstrual, el tratamiento con anticonceptivos, el contacto con preservativos o productos de higiene íntima, cambia el nivel de acidez y los patógenos comienzan a proliferar.

Con respecto a la microbiota vaginal de la mamá, la ciencia comprende la importancia de la misma al momento del parto. Es de suma importancia la inoculación de bacterias del canal vaginal de la madre al niño. Constituye la primer transmisión bacteriana, que es fundamental para el desarrollo del sistema inmune, digestivo y metabólico y forma la base que va a durar de por vida en la microbiota de la persona. 
Esta exposición tiene consecuencias a largo plazo dependiendo de la calidad que sea.

¿Cómo cuidar nuestra Microbiota?


Ante todo debemos reconocer que por falta de información, o información mal dirigida, descuido o facilismo, hemos convertido nuestro ámbito intestinal en un baldío, donde hay suciedad y desorden.
La tierra está compactada (mucosa intestinal permeable, moco colónico, candidiasis), hay malezas (hongos y parásitos), plagas (infecciones y virus), demasiado calor (inflamación, acidez), putrefacción y anaerobia.
Debemos comenzar recuperando el terreno de la siguiente manera:

* Limpieza colónica con hidroterapia, para eliminar y depurar el sistema digestivo de costras adheridas y enquistadas y de elementos patógenos de larga data.
Sin este paso no es posible recuperar el terreno perdido y poder resembrar una microbiota saludable. 
* Luego hay que comenzar a sellar la mucosa intestinal, poniendo buenos abonos, con probióticos y prebióticos de calidad. 
* Mantener el ritmo evacuatorio regular. 
* Bajar la inflamación. 


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(Parte de la información aquí descripta es extraída de papers de Espacio Depurativo (Néstor Palmetti).